TÉCNICAS DE TAI-JITSU ( V ).

  

Explicaremos una posible defensa contra el agarre que se muestra en la imagen y que se conoce con el nombre de: “el abrazo del oso”.

En esta técnica nos serviremos de los Kyusho (puntos vitales del cuerpo) con el objetivo de desequilibrar al agresor y, en consecuencia, provocar su caída al suelo. Normalmente se suele hacer uso de los Kyusho golpeando sobre ellos, sin embargo, en esta ocasión mostraremos cómo algunos de ellos también son muy efectivos cuando son presionados correctamente.

     Comenzaremos la defensa utilizando un primer Kyusho que se encuentra aproximadamente a la altura de la “sien”, golpeando dicho punto con ambas manos (cada una en un lado de la cabeza del agresor). De este modo, además de desconcertarle, conseguiremos que afloje el agarre. Podemos, entonces, desplazar nuestra mano izquierda hacia la zona lumbar derecha del agresor y, al mismo tiempo, dirigir nuestra mano derecha hacia el siguiente Kyusho que vamos a utilizar.

     Colocaremos nuestro dedo índice derecho bajo la nariz del agresor, de modo que quede colocado por encima de su labio superior con la uña mirando hacia nuestro pecho. Además, adoptaremos con el dedo la forma de un arco (como si fuese un gancho o un anzuelo) con el fin de que esté completamente pegado a la cara del agresor. También, si es posible, procuraremos desplazarnos hacia el lateral derecho del agresor. El Kyusho que estamos atacando se denomina en japonés “Jinchu”.

     El siguiente paso consiste en empujar hacia delante y hacia arriba con nuestro brazo derecho y hacia nosotros con nuestro brazo izquierdo. Con este movimiento, el agresor arqueará el cuerpo hacia detrás y como consecuencia del dolor que producimos bajo la nariz moverá la cabeza también hacia detrás para evitar nuestra presión. Para incrementar aún más el dolor bajo la nariz, giraremos nuestro dedo índice derecho, de modo que la yema presione hacia las fosas nasales.

     Llegará un momento en que el desequilibrio del agresor provocará su caída de espaldas en el suelo. Normalmente cuando se cae de espaldas en el suelo se suelen levantar las piernas, en este momento cogeremos alguna de ellas por el tobillo y colocaremos nuestro pie interior (es decir, el más cercanos al agresor) en sus genitales con el fin de mantenerlo controlado al presionarlos.

Ataca: Abrahán Fernández Ortega (Cinturón Naranja de Tai-Jitsu).

Defiende: Emilio José Pérez Pérez (Cinturón Negro 3er Dan de Tai-Jitsu).


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